En la casa de mi mamá había un árbol de damascos
en primavera la casa se contagiaba de la blancura de las florcitas del árbol
en verano me subía al techo para recojer los damascos que ahí caían
el otoño llegaba acompañado de olor a azúcar y mermelada (de damasco) cacera
el invierno eran las gotitas de agua colgando de las ramas desnudas
hace unos años
(
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